mas info https://www.instagram.com/desviacionesfestival/
y https://www.instagram.com/teatrosur.chile/
DESVIACIONES
Una línea implica una vía y una orientación. Y puede funcionar como una forma de alineación o como una forma de estar alineado y/u orientado con lo demás en el espacio, señala la teórica feminista Sara Ahmed. Esa línea es una recta. Demarca señales y fronteras por donde orientarse y transitar. Una línea orienta una forma de vida. El patriarcado y su hegemonía heterocentrada han construido una alineación de la sociedad mediante la imposición de normas que producen su organización.
Para el pensamiento crítico disidente sexual, las líneas normativizadas y culturizadas, se traducen mediante hegemonías sexuales que orientan a los cuerpos, las cosas, los espacios y deseos. Históricamente, desviarse de aquellas líneas ha sido condenado, criminalizado y precarizado. Desde allí, la conciencia del desvío implica un riesgo, un acto de desobediencia epistémica, y una forma de resistencia en la vida. Cruzar aquella línea es crucial para la configuración de otras alternativas de producción de subjetividades en esta época de disputas de identidades sexogenéricas y conflictos epistemológicos sobre lo “normal”. Desviarse, no sólo implica salirse o perderse de un camino, significa tomar distancia del mismo, reconociéndose como cuerpos disidentes a la normatividad de la cultura hegemónica. Significa deslizar una línea oblicua en su línea recta homogénea y trazar una reivindicación heterogénea de otras formas de existencias, cuerpos, deseos, cosas, espacios, imaginarios, creatividades y representaciones artísticas colaborando a construir nuevas huellas para la construcción rizomática de otras rutas y sensibilidades.
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DESVIACIONES
Una línea implica una vía y una orientación. Y puede funcionar como una forma de alineación o como una forma de estar alineado y/u orientado con lo demás en el espacio, señala la teórica feminista Sara Ahmed. Esa línea es una recta. Demarca señales y fronteras por donde orientarse y transitar. Una línea orienta una forma de vida. El patriarcado y su hegemonía heterocentrada han construido una alineación de la sociedad mediante la imposición de normas que producen su organización.
Para el pensamiento crítico disidente sexual, las líneas normativizadas y culturizadas, se traducen mediante hegemonías sexuales que orientan a los cuerpos, las cosas, los espacios y deseos. Históricamente, desviarse de aquellas líneas ha sido condenado, criminalizado y precarizado. Desde allí, la conciencia del desvío implica un riesgo, un acto de desobediencia epistémica, y una forma de resistencia en la vida. Cruzar aquella línea es crucial para la configuración de otras alternativas de producción de subjetividades en esta época de disputas de identidades sexogenéricas y conflictos epistemológicos sobre lo “normal”. Desviarse, no sólo implica salirse o perderse de un camino, significa tomar distancia del mismo, reconociéndose como cuerpos disidentes a la normatividad de la cultura hegemónica. Significa deslizar una línea oblicua en su línea recta homogénea y trazar una reivindicación heterogénea de otras formas de existencias, cuerpos, deseos, cosas, espacios, imaginarios, creatividades y representaciones artísticas colaborando a construir nuevas huellas para la construcción rizomática de otras rutas y sensibilidades.