Esta muestra recibe al visitante con una mezcla de luces y colores que invita a la calma, a desacelerar. Son pantones de atardecer, contrarios a las luces blancas y duras usualmente asociadas al arte contemporáneo. Un mundo bajo los párpados puede entenderse como una respuesta a la intensidad vivida por el artista español Marco Godoy en su paso por Chile durante octubre de 2019, y donde a propósito de la contingencia realizó obras vinculadas al estallido social. En ese contexto, la tranquilidad que genera la luz de la exposición nos interpela sobre los afectos, y, más específicamente, sobre hacer política desde los afectos.
Hay, además, una serie de esculturas que invitan a repensar los monumentos al poder. “Es esa parte teatral de la autoridad la que me fascina, porque es dónde las imágenes tienen que ver, dónde la autoridad se construye por medio de sus dispositivos, de sus atriles, de sus ruedas de prensa. Cada vez es una cosa más mediática”, cuenta el artista. Son obras de diversos tamaños, para hablarnos de las jerarquías, pero también son piezas atiborradas de manos, buscando insistir sobre el contacto, y nuevamente, sobre los afectos.
Esta muestra recibe al visitante con una mezcla de luces y colores que invita a la calma, a desacelerar. Son pantones de atardecer, contrarios a las luces blancas y duras usualmente asociadas al arte contemporáneo. Un mundo bajo los párpados puede entenderse como una respuesta a la intensidad vivida por el artista español Marco Godoy en su paso por Chile durante octubre de 2019, y donde a propósito de la contingencia realizó obras vinculadas al estallido social. En ese contexto, la tranquilidad que genera la luz de la exposición nos interpela sobre los afectos, y, más específicamente, sobre hacer política desde los afectos.
Hay, además, una serie de esculturas que invitan a repensar los monumentos al poder. “Es esa parte teatral de la autoridad la que me fascina, porque es dónde las imágenes tienen que ver, dónde la autoridad se construye por medio de sus dispositivos, de sus atriles, de sus ruedas de prensa. Cada vez es una cosa más mediática”, cuenta el artista. Son obras de diversos tamaños, para hablarnos de las jerarquías, pero también son piezas atiborradas de manos, buscando insistir sobre el contacto, y nuevamente, sobre los afectos.